El aire acondicionado del futuro es una pintura blanca capaz de enfriar edificios (y cualquier cosa que se pueda pintar)
By Javier Jiménez
Cada año, en algún momento entre la Cuaresma y el Corpus, mi abuela templaba agua en la hornilla de la cocina y la iba removiendo, lentamente, mientras volcaba tazas de porcelana metálica llenas de sal. Después, añadía la cal hidratada y lo mezclaba todo hasta que adquiría una textura parecida a la de la pintura aguada. Era entonces cuando encalábamos la casa.
Nosotros, y todo el pueblo. Porque como habían hecho antes romanos, andalusíes y cristianos viejos, eso de vestir las calles de blanco y engalanarlas de geranios y gitanillas no era una de las pocas formas que teníamos de huir del calor como alma que llevaba el diablo.
Luego vino el aire acondicionado y lo cambió todo.
Tantos siglos huyendo del calor
Nos dio la vida y, a la vez, nos la llenó de problemas. Porque los aires acondicionados y otros métodos parecidos no sólo consumen cantidades ingentes de energía, sino que, a menudo, requieren el uso de productos dañinos para la capa de ozono y el calentamiento global. Lo he comentado más de una vez: la paradoja de la climatización es que enfrían los interiores contribuyendo a calentar el resto del mundo.
Afortunadamente, no es la única alternativa. Se trata de lo que los expertos llaman 'enfriamiento radiativo diurno pasivo' (PDRC, por sus siglas en inglés), un fenómeno por el cual una superficie puede enfriarse al reflejar la luz del sol e irradiar calor a la atmósfera. Es decir, un tipo de superficies se suele producir una pérdida calor neta, incluso bajo la luz del sol.
Se trata de superficies con una alta reflectancia solar y una alta emisión térmica. Algo que lleva la lógica del encalado tradicional de mi pueblo a un nivel capaz de competir con los aires acondicionados. Suena bien, pero una cosa es decirlo y otra es hacerlo.
Un nuevo polímero
Efectivamente, desarrollar este tipo de superficies ha sido todo un reto. La mayoría de propuestas que se han hecho hasta ahora eran caras, complejas, inaplicables o todo eso a la vez. Pero un grupo de investigación de la Universidad de Columbia que puede darle la vuelto a todo esto.
Han desarrollado un recubrimiento PDCR exterior de alto rendimiento que actúa como enfriador espontáneo. Se trata de un polímero poroso que dispersa y refleja la luz solar debido a las diferencias en el índice de refracción entre los huecos de aire y el polímero circundante.
Antes decíamos que es necesario conseguir una alta reflectancia y una alta emisión térmica: y ellos han conseguido el 96% en la primera y el 97% en la segunda. Unos datos buenísimos. Tanto que los investigadores ya están en conversaciones con la industria.
Sobre todo, porque aplicarse como pintura en techos, edificios o, en general, cualquier cosa que se pueda pintar. Las pruebas que han realizado muestran que el polímero consigue rebajar 6 grados en el desierto cálido y árido de Arizona y 3 grados en el ambiente húmedo y tropical de Bangladesh.
¿Lo veremos pronto en el mercado? No está claro: los caminos de la industria son casi inescrutables. Pero todo pare indicar que sea este polímero o sea otro es una tecnología que está a punto de llegar. "Ahora es un momento crítico para desarrollar este tipo de soluciones", dicen los autores. Y llevan razón.
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La noticia El aire acondicionado del futuro es una pintura blanca capaz de enfriar edificios (y cualquier cosa que se pueda pintar) fue publicada originalmente en Xataka por Javier Jiménez .
September 27, 2018 at 02:00PM
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